viernes, 28 de agosto de 2020

Día menos nueve

Contemplo atónito la espeluznante situación actual.

La psicosis colectiva hizo que el miedo haya tomado el mando. 

Me arrepiento de corazón por haber leído tantas obras literarias distópicas las cuales han marcado un guion absurdo en mi cabeza, un camino equivocado a mi intuición y un prisma empañado a mi punto de vista que evitan el poder aceptar la única verdad que los gobiernos, los medios de comunicación y las personas normales tienen en su poder.

¿1984, Brazil, Fahrenheit 451, Nosotros, La guerra de las salamandras, El proceso, ensayo sobre la ceguera.....? Obras que han dado alas a mi imaginación perturbada para evitar que pueda razonar con claridad. 

¿Y que hacer en estos momentos? me siento confuso. Ni siquiera el miedo he conseguido mantener razonablemente en mis días. Vivo en lo que se conoce técnicamente como disociación de la realidad. Mientras todos disfrutan del pánico necesario para sobrevivir, mi falta de conciencia hizo que dejara hace meses de informarme del numero de fallecidos diarios y acumulados, convalecientes, asintomáticos y rebrotes. Que dejara de ansiar una vacuna disponible que de a la humanidad la esperanza de vida que un mal dia se esfumó en el aleteo de un quiróptero. 

Intento mantener la rutina diaria que me habilite nuevamente como persona respetable y bien adaptada, pero de manera repentina me veo absorbido por un influjo demoníaco que me hace dudar estúpidamente de las evidencias que gracias a la información difundida de forma masiva para bien mio, ya debería tener asumidas.

 Deseo con todas mis fuerzas que esto que ocurre acabe pronto para volver a la normalidad anterior o a la nueva. Pero sobretodo espero volver a vivir en Un Mundo Feliz.

1 comentario:

  1. Dudar de la información, de las evidencias, de lo que te venden, de la realidad misma... Es maravilloso. Para mi no es un influjo demoniaco sino un rasgo de inteligencia

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