domingo, 19 de mayo de 2019

Día menos doce

Estoy recibiendo terapia desde hace unos meses. Decidí comenzarlas al verme perdido en medio de un océano de información mental que me rodeaba de lo que debería ser: "tienes que desapegarte", "mirate tu primero porque eso es tuyo", soy luz, soy oscuridad, soy.......
......Quien soy? esa es la pregunta que me hice. Pues bien la solución para mi no ha sido reflexionar quien soy. Al final era tan fácil como "hacer" lo que siento que tengo que hacer en cada momento. Esto parece que es algo natural, la diferencia está en quien da la orden de cual es el siguiente paso. A través de unas meditaciones a las que estoy asistiendo (Gracias Sibel!) me llegó esto: La voz interior te habla desde el presente, si la voz que escuchas dentro te dice que deberías aprender del pasado o tener en cuenta el futuro para el siguiente paso, entonces estas oyendo a tu ego. Tu sabiduría interna es mas humilde, no entra en miedos o expectativas. Es como una voz vieja que está a vuelta de todo y sabe con claridad que para cruzar el rio no debes mirar la otra orilla sino sobre que piedra vas a poner el pie a continuación.

Esta forma de actuar me lleva a estar al borde del precipicio. Constantemente hay alguien que se enfada o me reprocha lo que hago. Hago lo que normalmente no haría en todos los sentidos. Tengo ataques de pánico al tener que enfrentarme a tomar decisiones o decir algo a alguien que me brota decir. A veces me quedo sin aliento, pero me doy cuenta de que ya no necesito respirar, pues el oxigeno parece que entrara por cada uno de los poros de mi piel.

Voy afinando la guitarra, las notas están sonando mas claramente. Necesito menos, duermo profundamente y me sale empujar a los demás a que vivan de esta manera. 

La única cosa que me quiero recordar es que debo disciplinar mi conciencia, las cosas no ocurren porque si, ocurren porque pongo intención, tomo decisiones y hago.