miércoles, 14 de julio de 2021

Día menos ocho

Toda mi vida me resultó muy fácil sentir compasión por los demás, ser indulgente en extremo ante cualquier acto. Esto me ha producido tal dolor durante todos estos años que ni siquiera soy capaz de recordar lo ocurrido porque mi mente se cortocircuita para protegerme de dichos recuerdos ya que mi dignidad y autoestima permanecen dormidas en algún lugar de mi conciencia. Mi historia personal es un mismo capitulo que se repite y con ello me da la posibilidad de volver a vivir las mismas experiencias de las que soy incapaz de librarme. A medida que aprendo una forma de enfrentarme a un patrón dañino repetitivo, la vida me pone un ejemplo diferente y mas sutil cada vez para poner a prueba mi capacidad de descubrirlo y vuelvo a caer irremediablemente de nuevo en él.

Llegados a este momento, cuando me doy cuenta que me estoy dejando vapulear  hay una voz dentro de mi que dice, rompe a puñetazos los cristales de las ventanas, patalea la puerta hasta verla caer, sal corriendo y gritando como si estuviera envuelto en llamas.....

Como ya tengo 45 años, otra voz me dice en ese mismo instante: Mira la verdad es que si crees que te vas a sentir mejor hazlo, pero cuidado con los cortes de los cristales porque las heridas te van a durar unas semanas; ¿la puerta? haber quien la vuelve a cuadrar en el marco; Bueno correr y gritar a la vez quizas sea lo mas sano, pero recuerda " da igual lo que corras, siempre tendrás pegada a tu sombra"

Gracias a la ayuda de algunas personas de mi entorno y que como ángeles de la guarda secretos me aconsejan, ha nacido una voz dentro de mi que murmulla y aun no la entiendo, creo entender algo así como la autocompasión.

Me imagino a mi mismo sumergido en una situación de las ya vividas y llegados al momento en el que mi cuerpo se tambalea ante la agresión, soy capaz de dar respuesta consciente que me libera del dolor y ayuda a la otra persona a ver el reflejo de su acto. Es como si intuyera que hay otras formas pero aun no las conozco. Por eso sigo aprendiendo, quizás algún día incluso ya no necesite dar respuesta porque los mencionados actos de agresión hacia mi persona pasaran de largo como si en viento me hubiera convertido.