lunes, 9 de julio de 2018

Día menos dieciseis

Todos tenemos una voz interior que nos dice cual es el camino a tomar en cada ocasión. Lo llamamos de diferentes formas, la voz del corazón, de la conciencia, la voz del alma y para trabajar con nuestro mito de vida, se dice que es nuestro yo actualizado o mas elevado. 
Requiere auto-conocimiento, saber discernir entre lo que es nuestra mente o ilusión y lo que cae con aplomo en nuestro interior cuando nos hacemos la pregunta correcta. 

Lo mejor de todo es que esa gran sabiduría esta en cada uno de nosotros pero no conectamos con ella a no ser que tengamos una situación limite y en la mayoría de las ocasiones no le hacemos caso. Es tal el miedo que nos invade a dejar de ser lo que creemos que somos, que preferimos seguir sufriendo a dejar morir nuestro personaje en esta película. 

Mi voz grita con fuerza pero al estar tan lejos casi llega un susurro. aun así, hace tiempo que me enfrento a mi personaje y le fastidio siempre que puedo la función, haciendo caso de vez en cuando a esta voz interior aunque sea como ir en dirección contraria. después de hacerlo viene la paz y el duelo que me hago a mi mismo tras haber muerto lo que yo creía ser. Cuando esto ocurre tiene tal repercusión que perturba a los que se fuerzan por mantener los ojos cerrados. Lamentablemente puede que se alejen de mi, quizás amigos, familia, quizas mi pareja. Solo quedan aquellos que alguna vez escucharon la suya propia.
  
Decía Gurdjieff: Si dudas entre hacer o no hacer, arriesgate y hazlo.

Abandonarse a lo que tenga que ser tras haber realizado un acto de conciencia es infinitamente mejor que dejarse paralizar por el miedo y seguir dormido.