domingo, 20 de febrero de 2022

Día menos cinco

Hace unas semanas terminé una relación sentimental en la que estuve el último año. Terminar una relación con alguien que quiero por no poder gestionar lo que ocurría hasta el punto de sentirme bloqueado, me dejó desventado y aturdido. 

Estoy asistiendo a rehabilitación porque me fracturé el menisco interior derecho. El viernes pasado, casi acabando la sesión pregunté al fisioterapeuta si podré y cuando volver a correr. Su respuesta fue escueta: no puedes volver a correr ni hacer ejercicio con carga sobre la rodilla. En ese momento lo tomé con negación mezclado con auto-anestesia. 

Mi voz se debilitó hace dos meses y tengo afonía crónica que ha convertido mi voz en un susurro con tono agudo y sin capacidad de hablar mas de 5 minutos seguidos.


Dejar ir quien soy para llevar a cabo otra forma de vida que no puedo imaginar es desolador por momentos. Aceptación y resignación pugnan por dominar mi mente. Lo único que me alivia es dejarme llevar por el viento frio que silva por las rendijas de mi pensamiento (Manolo García)