domingo, 24 de abril de 2022

Día menos dos

Acabando este camino estoy pero antes de irme quisiera hablar de ello:

Aceptarse a uno mismo:

Hace muchos años fuimos contratados todas mis formas de ser y yo como unicos actores para representar teatralmente mi vida. En la actualidad, aun sigo cada día actuando en dicha obra. 
Prácticamente todos mis personajes se mantienen escondidos detrás del telón esperando ansiosos a que les avise el "director" para salir a actuar. Ya sea en la escena o entre bambalinas observan con miedo atroz al público del momento: ¿quien ha venido esta tarde? ¿serán amables? ¿exigentes?. 
Hay uno o dos de mis actores que prácticamente viven en el escenario, quizás porque fueron de los primeros en salir a escena o quizás por haber sido bien recibidos por el público desde el principio y  el "director", ávido de aplausos, los llama a interpretar con mayor frecuencia. Como todo buen "director", el nuestro alberga el deseo de mantener el éxito de esta gran obra para que siga en cartelera muchos años y conseguir que las "criticas teatrales" sean benévolas para conmigo.
Pero he aquí el centro del conflicto de esta pequeña compañía. De todos aquellos que se mantienen a la espera de su gran oportunidad, algunos se les permite salir solo en las tardes de lunes laborales habida cuenta de que el público será minoritario; otros aparecen repentinamente unos instantes cuando por descuido del "director", dichos marginados salen al escenario sin permiso y con tal ansiedad, que su debut se convierte en una suerte de venganza para con la obra.


De vez en cuando salto a la butaca para poder contemplar la obra. Aplaudo cuando alguno de mis actores, viejo en la compañía pero novel en el escenario hace acto de presencia. Deseo hacerle saber que solo salir a interpretar su papel en esta obra ya es gran parte del éxito. 


He reservado esta noche para cenar, un mesa en el mejor manicomio de esta ciudad. Invité para la ocasión al "Director" de mi obra, a los "críticos teatrales", a un representante de los marginados y uno  de los que actúan siempre. Para beber pediré varias botellas de humildad; El primer plato lo comeremos de pie, el segundo sentados en la silla del que tengamos "mas lejos de nuestra zona de confort"

De postre degustaremos silencio.


Me hago viejo y me doy cuenta que ser famoso no me hace feliz. He buscado la salida de este lugar muchas veces, embelesado por la publicidad de los entreactos que me prometían la iluminación si desterraba de mí el amor al teatro. He sido vilipendiado con mas frecuencia de lo soportable por un público feroz y sin escrúpulos. Aun así, merece la pena y la alegría seguir actuando lo mejor que pueda. 

Mañana vendré de nuevo y saldré al escenario con mis compañeros de fatigas en una representación mas.


sábado, 2 de abril de 2022

Día menos tres

 La soledad hizo de mi vida su refugio. 

Hace mas de dos meses que tengo una lesión en la rodilla por lo que estoy de baja sin poder salir casi de casa mas allá de comprar e ir al medico en la mayoría de las ocasiones. He recibido algunas pocas visitas, unas cuantas llamadas y bastantes mensajes de wassap, pero la mayoría del tiempo he estado solo, sentado por norma general en el sillón. Pude encontrarme conmigo, despedirme, reencontrarme, aclarar el pasado, hacer la cuenta de los errores, observar los pensamientos, llorar, meditar, darle forma a un proyecto con jóvenes, fabricar los muebles de mi cocina...... pero me he sentido solo con frecuencia.

La soledad es una manta gruesa y opaca capaz de cubrir la luz del día mas soleado del verano, su peso ralentiza mi capacidad de entablar cualquier tipo de vinculo humano. A medida que pasan las semanas, la situación extraordinaria se ha transformado en la nueva normalidad. 

La soledad me hizo pensar en la cantidad de personas que se encuentran en la misma situación o incluso peor, debido a la cantidad de tiempo acumulado en esta agridulce compañía, a veces necesaria, a veces aborrecida, distinta cuando las buscas a cuando te la imponen. El tiempo de exposición a su radiación acentúa la incapacidad futura de entablar una conversación lucida e interesante, de comenzar un vinculo sea del tipo que sea con otra persona por lo que es una dragón que se muerde la cola, se retroalimenta y refuerza a si mismo.

Pero algo que aprendí es que siempre hay algo que nos ayuda a mantener la esperanza. te contaré algo acerca de Sombra. Nunca hablé de ella más allá del concepto místico de la misma.

Hace 5 o 6 años volvía a casa del trabajo a medio día para cambiarme e ir a por Max al colegio. De repente en mitad de la carretera de camino, se apareció una perra que salía de la cuneta. La visión era dantesca, su cuerpo estaba cubierto de heridas y sangre, caminaba tambaleándose y al verme se detuvo y se quedó mirándome. Si fuese posible, diría que con su mirada me dijo que acabara con su vida, que estaba derrotada. Me detuve en ese momento, la cogí y metí en el coche. Al tenerla cerca pude observar que además de las decenas de agujeros que cubrían su cara, cuello y piernas, tenía un agujero mayor entre las dos orejas por donde se le veía el cráneo. Decidí aceptar su petición, supuse que aquello había sido obra de un humano, así que otro humano debía pagar por el error y darle paz. Recogí rapido a Max y fuimos a sacrificarla. Al llegar le dije a la veterinaria que nos atendió que algo como un tractor debió atropellarla por las extrañas heridas que tenia. La chica la analizó y me dijo: 

"Esta perra no ha sido atropellada, sus heridas son de mordidas, viene de pelear. Como es hembra la utilizan para entrenar a los machos" 

Entonces pregunté el porque del agujero grande entre las orejas y me contestó que era el golpe de gracia, cuando ya no les sirven las matan golpeándolas con algo contundente y las tiran a la cuneta. Nos quedamos helados. 


Allí en la sala fría de la consulta llegados a este momento le dije que procediera al sacrificio y yo pagaría los gastos. Ella me pidió entonces que no lo hiciera todavía, que era joven y tenía una posibilidad de sobrevivir si no tenía partido el cráneo y que podría quedarme con ella, la clínica se haría cargo de todos los gastos pero que no le pidiera que la sacrificara hasta que le hicieran las pruebas. Le respondí nervioso que como iba a quedarme con ella si además de ser raza peligrosa, ya había sido maltratada y usado para las peleas, yo tenía un hijo y tenía miedo de que le pudiera atacar. Ella me dijo que los perros maltratados a tal extremo suelen ser los más fieles y cercanos a sus dueños. Respondí que le hiciera las pruebas y que si era posible me la quedaría. Las pruebas dijeron que podría salvarse. Entonces me preguntó que nombre le pondría y le expliqué que estaba aturdido por todo lo que había ocurrido ese día pero que aparecería el nombre que merecía.

Tras 24 horas en observación la llevamos a casa, debía curarle las heridas durante tres o cuatro meses tres veces al día. Al llegar la dejé sobre una manta en el suelo de la cocina. No andaba por el estado de shock en el que se encontraba. La miraba de vez en cuando y sentía una mezcla de compasión, desolación y miedo a su posible reacción. 

Durante los tres días siguientes no se levantó de la manta. No comió ni casi bebió. Al tercer día por fin lo hizo y entonces hizo algo que no podré olvidar jamas. Vino hacia mí y pegó su hocico a mi pierna. Fuera donde fuera en la casa, ella me perseguía sin dejar el contacto en ningún momento como si estuviéramos imantados, si me detenía se tumbaba sobre mis pies. Tropecé varias veces al liarse entre mis piernas y apunto de caerme en cierta ocasión dije: demonios! Parece mi Sombra!...... Y fue así como apareció su nombre.

Durante las siguientes semanas cuando los conocidos me veían con ella me preguntaban de donde había salido y al explicarle esta historia que acabo de contarte quedaban estremecidos y me daban la enhorabuena por la acción, pues les parecía que había salvado su vida.

Tarde poco tiempo en comprender la verdad de lo ocurrido.

En realidad, fue Sombra la que me salvó a mi.

La soledad es como una fría noche interminable que deseamos que pase cuanto antes para ser calentados nuevamente por los rayos del sol, pero incluso en el momento mas oscuro de dicha tiniebla, puedo ver gracias a la luz que transmite mi Sombra.