viernes, 25 de mayo de 2012

Día veintidos

Debo hacer ....., debo ir a ...., debo reunirme con....., debo llamar a..., debo........ Solo debo recordar que la luna es la dueña de mi cuerpo. Escribo esto tumbado en la penumbra de la noche bajo un nogal alto y frondoso. Estoy Junto a la acequia que traerá el agua fresca para regar el huerto. me fui desprendiendo de pre-ocupaciones mentales y mi mente relajada descansa en paz. El murmullo de las hojas en las copas de los arboles me transportan hacia mi interior. Estoy conmigo mismo, estoy en paz. 
Un ser humano ha llegado plenamente a su madurez cuando está dispuesto a abandonarlo todo y echarse a vivir al monte (Manolo Garcia). Tengo amigos que han ironizado con mi opinión, pero creo que es el miedo a aceptar algo tan simple, el que habla por ellos. Buenas noches

domingo, 20 de mayo de 2012

Día veintiuno

Decir NO es complicado, pero ¡placentero! cuando comienzas a decirlo ya no puedes parar.
Tengo 36 años y llevo 36 años diciendo si, aunque no era lo que deseaba. La sensación de libertad y de autodeterminacion produce un vértigo dulce el cual quiero seguir sintiendo. La mueca en el rostro de aquellos que me piden algo en lo cual siempre habría dicho si, me confirma que estoy sumido en un profundo cambio. 
 NO se a donde llegaré por este camino, pero se que NO quiero parar y NO quiero dejar de sentir. 

Me han dado flores de bach y ayer le dije a la persona que me las dio que se había equivocado, lo que me estoy tomando es "el suero de la verdad!".

lunes, 14 de mayo de 2012

Dia veinte

Hoy me siento bien y mal, regular y confundido. Intento liberarme de los apegos y necesito no ser motivo de apego a nadie. Como un animal herido por flecha, la vida turbulenta que he llevado, me hace correr hacia delante sin mirar atrás. El apego es una soga con el que amarramos al amor y aun mas la necesidad. Nuestra inseguridad retiene lo que nos hace felices por pensar que vamos a perderlo. Pero el camino correcto es justo el contrario. Hay una situación que define bien esto en el mundo ecuestre, si dentro de una pista quieres retener a un caballo contra su voluntad tirando de la cuerda hacia ti, el intentará huir en sentido contrario. Échalo de tu lado al natural y él volverá al galope.