lunes, 13 de agosto de 2018

Día menos quince

Para amar debo amarme primero a mi mismo, si no el amor se convierte en dependencia y finalmente en un infierno.

No soy el mejor hombre del mundo, pero me siento valioso. Considero que merezco ser apreciado, deseado y respetado. Confundí este último año el quererme a mi mismo con darme caprichos. Ahora entiendo (aunque parezca lógico, a mi me ha costado) que amarme es apreciar quien soy, ver más allá de la edad, defectos físicos, psiquicos y emocionales. Ver qué soy un elemento necesario en esta inmensa obra que es la vida. Traigo algo a este mundo y quiero dejarlo aquí antes de irme. Intentaré recordar esto y creerlo aunque me digan lo contrario. Si no me quiero yo, doy ejemplo con mi actitud de lo que los demás pueden hacer conmigo.

Gracias a mis amigos por estar cuando los necesito y levantarme cuando estoy caído.