martes, 12 de abril de 2016

día menos veintitres

Hace unos días pasé por una crisis emocional en espiral hacia la más profunda oscuridad. En ella deje de tener motivos para vivir. Al día siguiente de mi muerte estaba de resaca, alguien captó el momento y me recordó que los monjes budistas dejan su cuenco junto a la cama dado la vuelta antes de dormir. Es un símbolo, lo dejan bocabajo para que no se llene de polvo y alguien más lo pueda usar si ellos no vuelven a levantarse.

Morirme de vez en cuando me hace disfrutar del tiempo que sigo vivo. Un día no me levantaré más,  hasta entonces....me deseo feliz tarde.

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