lunes, 26 de octubre de 2015

Día menos veinticinco

La oscuridad es solo ausencia de luz. Cuando aparecen en mi día las sombras, la práctica del amor incondicional, el desapego y el no tomar el personaje con el que actúo en serio, son los que disuelven cualquier atisbo de dicha oscuridad.
En estos días y por casualidad soy el presidente de una asociación de agricultores y artesanos que junto a un amigo creé hace tiempo. En el comienzo no sabíamos en que desembocaría las acciones que decidimos emprender. El tiempo y la repercusión social nos demostró que estábamos en el lugar adecuado y en el momento correcto. El probar las mieles del éxito hizo que durante un tiempo mi humildad me abandonara. Intenté revivirla pero el personaje pisaba con fuerza apoyado por los aplausos de los que me rodeaban, o aun peor, por las palmadas que a veces existían solo en mis oídos.

He estado poniendo en juego mi ego (engalanado por la soberbia) y el rol de salvador y misericordioso. Cuando miré de reojo y los vi actuar, me dije: Ya se me escaparon de la jaula.... Mi intención final no es matarlos si no mantenerlos bajo control, pero sigo siendo humano.

Vuelvo a ser Ilde. Siento frío al haberme desprendido del disfraz, pero es mejor así.