miércoles, 25 de mayo de 2011

día cuatro

Desprenderse de la ropa es fácil. La miras y ves que hay cantidad de ella que ni te acordabas que la tenias y otra que nunca te gustó. Trabajo de comercial y debo ir mas o menos bien vestido (aunque la ropa es realmente solo un disfraz). Por ello me compro lo que necesito en un Charity Shop. Lugar donde va a parar la que no me pongo.

Para mi hijo utilizo el sistema "si le queda pequeño al tuyo al mio le irá bien". Siempre se hizo así con los niños pero las multinacionales de la moda, nos convencieron de lo contrario (palabra de honor de técnico en Marketing). La ropa que le queda pequeña, va a otro niño. Observo entre mis conocidos quien tiene hijos mayores y quien pequeños para hacer una cadena de intercambio.

Los libros fueron donados a la caridad quedándome con aquellos que leo repetidamente.
Quedaba desprenderse de ¡los juguetes de mi hijo!. dejé los que no solía usar y ahora fabricamos juntos los nuevos. Esto ultimo es un buen invento. Pensé que podría preguntarle a él que quería. Después, analizar como lo iba a usar, y después me puse manos a la obra. Me gusta trabajar la madera y hacer inventos con material reciclado, pero de todos modos, por si a estas alturas alguien tiene dudas, los niños no necesitan muchos juguetes, sino que jueguen con ellos.

domingo, 15 de mayo de 2011

Día tres

Lo que tengo lo llevo conmigo, en esta absurda bolsa y en este absurdo cuerpo (el ultimo de la fila). Así definió este fantástico grupo musical las pertenencias. Cuando salí de mi antigua casa, tuve que realizar un gran trabajo para desprenderme de todo lo que no necesitaba. tenia dos coches, muchas herramientas, ropa mía y de mi hijo, zapatos, libros, juguetes, discos, utensilios de cocina, elementos decorativos.
Empecé por deshacerme del mejor y mas grande de los coches. Un coche es un elemento que pierde su valor comercial al salir, y siempre tuvo un valor útil inversamente proporcional al estado físico de la persona que lo posee. Por ello regalé el grande.


martes, 10 de mayo de 2011

Día dos

A medida que voy sustituyendo a mi antiguo yo, debo analizar mi existencia. Cuando salí de la casa en la que vivía, busqué un hogar para ir.
La descripción del lugar donde vivir no debe empezar por "....casa con salón, TV y microhondas. Tiene roperos amplios y orientada al sur" Un hogar es donde habitar con personas a las que quieres. Seres que te den la mano cuando te caes y que llenen el espacio donde vives con amor. Recordé haber vivido en uno así, pero era muy niño. Ahora me tocaba a mi. Pensé que mi hijo necesitaba uno y así empecé a construirlo. Decidí que el sitio ideal era compartiendo vivienda. He oído hablar de la intimidad. Pero a mi no me la presentaron. Por ello me he transformado en un animal de manada, que vive a gusto rodeado de su gente querida. Mi hogar es la casa de una mujer maravillosa que me alquila una habitación grande y fresca. El resto es un porche donde pasar las tardes tranquilas y un huerto, un hermoso huerto, donde pasamos tiempo mi pequeño y yo, viendo florecer la vida por todos los rincones.


lunes, 2 de mayo de 2011

Día uno

Considero que la distancia entre el sufrimiento y la felicidad la marcamos inconscientemente. Si uno tiene que decidir, debe optar siempre por ser feliz, no es tan larga la vida como para ir disfrazados de penitentes. Lo primero que hice cuando terminé la anterior existencia, fue desempolvar la agenda de teléfonos, y hablar lo mas serenamente posible con aquellos seres a los cuales les debo mi pasado. El calor humano no tiene precio y la ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas (S. Freud). Después de recibir algunos abrazos en silencio y dejar caer las lágrimas de mi otoño interior, el sol apareció. Ahora quedaba.....todo por hacer.

Nuestras necesidades son tan vulnerables como nuestra felicidad. Nadie pudo detallar su lista de requisitos para ser feliz sin comenzar por el amor a sus seres queridos. El problema radica en no escribirlo con letra grande. Por ello, damos importancia al resto el cual abulta mas. Observando a mi hijo de 3 años llegué a una conclusión: con los años he DESAPRENDIDO A VIVIR. Nací sabiendo comer, beber, amar, reír y llorar. Todo lo fui suplantando por actividades mas complejas y superficiales. Este es un trabajo minucioso pues son años de olvido cargados de consejos ofrecidos por "expertos en felicidad"
Empecé por andar mirando al frente, sonreír cada vez que recordaba, esperar un instante antes de hablar y meditar, meditar en cada hueco. Dejar la mente en blanco, no pensar, estar atento a lo que me rodea, no traerme el pasado, para liarlo con el futuro. Aquí y ahora.

domingo, 1 de mayo de 2011

Día anterior

Antes de empezar, solo diré que todo en la vida tiene su final. Esto que a continuación narro es mi experiencia tras haber formado una familia que duró 6 años. Como no es un diario rosa, no daré detalles escabrosos de la ruptura ni de la persona con la que compartí ese tiempo.
Debo confesar que fui cocinero antes de fraile, por ello la transición al lugar desconocido donde me dirijo, tiene un boceto en mi corazón, donde guardo en un perchero las pieles de los hombres con las que alguna vez quise vestirme.

Como elemento de la raza humana, tengo todos los defectos existentes que puedan adjudicarse, pero ninguno fue el de desear grandes riquezas. Quizás por educción, casualidad o por no haber probado nunca "la miel de la abundancia", crecí, maduré y me tosté sin grandes pretensiones. Esto hizo del camino por el que deambulo un lugar mas liviano.

Las malas experiencias del pasado, intenté observarlas de lejos para obtener una perspectiva que minimizara su horror. En esta última batalla, me enfrento a la metamorfosis de una vida en familia a una existencia aun por definir. Para pintar el cuadro, sustituí el lienzo, los pinceles de cerda y los óleos, por un trozo de caña con el que dibujaré en la orilla de la playa. Rivera bañada por el océano azul que contiene la mirada de mi hijo.